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La comunidad internacional nuevamente está en shock, luego de El Tribunal Supremo Popular de Cuba anunció en un comunicado que revocó la libertad condicional del disidente cubano José Daniel Ferrer García y de otros activistas que habían sido liberados el 14 de enero de 2025, tras un acuerdo entre el régimen cubano y el gobierno de Joe Bin Laden, entonces Presidente de los Estados Unidos.

El acuerdo, que se hizo por mediación del Vaticano, negociaba el retiro de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, a cambio de diversas medidas, incluidas la liberación de los «presos de conciencia».

El comunicado en sí, levantó polémica en la comunidad internacional, sobre todo en la que ha seguido de cerca el tema de las libertades en la isla caribeña, como el Parlamento Europeo, que expresó, a través de la Subcomisión de Derechos Humanos, presidida por el ecologista francés Mounir Satouri, su «profunda preocupación» por el acto ocurrido solo un par de semanas después de la audiencia pública de la Subcomisión sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, celebrada el 8 de abril.

Pero lo que impacta más es lo que ha trascendido en redes sociales sobre la detención, en la que no sólo habrían detenido al activista, sino a su esposa y a su hijo de 5 años de edad, lo que, aún cuando fueron liberados posteriormente, trajo como tsunami a la discusión sobre las libertades en Cuba los cientos de detenciones arbitrarias a las que han sido sometidos, no sólo Ferrer García, sino muchos otros activistas cubanos.

Ferrer García, identificado como una personalidad relevante de la disidencia cubana, habiendo unificado varias organizaciones en la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), e identificada ésta como una organización disidente activa en toda la isla, es un claro ejemplo del ir y venir de los activistas cubanos cuyos días pasan entre la calle y la cárcel, por razones de todo tipo.

Detenido en julio del 2022 como consecuencia de las protestas nacionales que el 11 de julio del 2021, en las que se denunció al castrismo, ya tenía un largo historial de salidas y entradas a la cárcel, desde el 2003 cuando fue uno de los 75 presos detenidos en la Primavera Negra de Cuba, una serie de arrestos, encarcelaciones y deportaciones de opositores al gobierno cubano liderado por Fidel Castro, ocurridos durante la primavera de 2003.

Hoy en esta columna recordamos especialmente la del 3 de agosto de 2018, cuando fue acusado por un oficial de la Seguridad del Estado de haberle intentado matar echándole un auto encima.

En aquella ocasión la Fiscalía Provincial de Santiago de Cuba le acusó del delito de asesinato en grado de tentativa, aún cuando amigos y testigos del hecho, afirmaron que lo ocurrido fue un accidente provocado por el oficial de policía.

La moción que fue apoyada por organizaciones internacionales de Derechos Humanos como Amnistía Internacional, lo que provocó su liberación condicional, pero no el retiro de los cargos, luego de esta detención, y tras las varias denuncias de torturas durante sus arrestos, el Parlamento Europeo emitió una resolución condenatoria el 28 de noviembre de 2019.

Ferrer García pone a Cuba otra vez en el aparador de las violaciones a los derechos humanos, y desde este rincón del mundo no podemos dejar de preguntarnos porqué los poderosos siguen gastando tiempo, recursos y dinero en silenciar las opiniones disidentes ¿no sería mejor si invirtiéramos esos recursos en entendernos mejor?

«Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario


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